UNA FUNDACIÓN ES SOLO PARA PERSONAS QUE TIENEN LUJOS

El camino hacia mi tribu

Cuando era niña, en mi universidad y en los empleos que tuve recuerdo que tenía un gran sentimiento de “no pertenecer”. Hice grandes amigos que aún conservo, pero aun así sentía que “no era mi gente”.

Además, luego, como sabes, renuncié a un empleo muy bien remunerado en una famosa multinacional, e hice un montón de cambios en mi vida para poder crear y fortalecer mi propia fundación. Esto ha implicado muchos esfuerzos y sacrificios, que aunque los cuento, solo Dios sabe qué tan grandes han sido.

Los verdaderos lujos de crear una fundación

Sin embargo, la fundación me trajo un regalo inesperado que, además, resultó ser literalmente uno de los mejores regalos de mi vida. Por fin encontré “mi gente”, “mi tribu”: las personas con las que vibro en la misma frecuencia, las personas con las que comparto un propósito de vida, los seres humanos con los que puedo filosofar sin parecer loca, con quienes río por las mismas bobadas, con quienes, si me desbordo en llanto o preocupación, me hacen sentir en un espacio seguro, quienes me hacen crecer, por quienes deseo luchar, a quienes quiero cuidar y proteger, quienes ven lo mejor de mí y quienes también han visto lo peor de mí y, aun así, me siguen queriendo y creyendo. Estoy segura de que sienten todo esto de vuelta. Encontré “mi gente, mi tribu”.

Por eso, a todos ustedes les digo:
“Sí, crear una fundación te hará vivir mil millones de momentos duros, te pondrá a prueba una y mil veces, tendrás retos, te quebrarás emocionalmente y financieramente. Pero uff, claro que lo vale porque el premio es que vas a tener una vida extraordinaria llena de lujo”.

Por eso, ESCUCHA ESTO: Vas a poder dedicar todo el tiempo que quieras a cumplir tu propósito de vida, vas a encontrar tu tribu, las personas que vibran en la misma frecuencia que tú y comparten ese propósito de vida.

¿Acaso eso no es darse el mayor de los lujos?

De hecho, en este mundo loco conozco muchas personas que dedican su tiempo a actividades o trabajos que los hacen miserables y en donde además se sienten solos. Esto le pasa a muchos que andan en bus, pero también a muchos que andan en Ferrari. Tener dinero o no tener dinero, en últimas, da igual.

Por eso, no seas una de esas personas, qué triste. Construye la fundación que quieres, la vida que quieres, las relaciones que quieres. Te aseguro que no depende de si tienes o no dinero, depende de ti, punto.

Créeme, el premio es mil veces más grande que el esfuerzo que inviertes (a pesar de que este último también sea mucho).