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ESG
Juan Felipe Charry Durán
En la última década el Social dentro del triángulo ESG (Environmental, Social, Governance) pasó de ser una lista de buenas intenciones a un factor medible que influye en productividad, riesgo regulatorio y valoración por parte de inversores. Empresas que miden y gestionan su impacto social reportan mejores resultados operativos y mayor capacidad de recuperación ante crisis reputacionales.
El "S" agrupa dimensiones que afectan a personas y comunidades, entre ellas:
Para reportar y comparar, las empresas usan marcos como SASB/IFRS (incorpora human capital) y los estándares internacionales que guían métricas prácticas.
Estudios amplios muestran correlaciones fuertes entre diversidad e indicadores financieros: por ejemplo, la investigación de McKinsey reportó que empresas con al menos 30% de mujeres en equipos ejecutivos superaban significativamente a organizaciones menos diversas, un diferencial de desempeño que puede superar el 40-50% en algunos estudios.
Eso no es "marketing"; es evidencia de mejores decisiones, innovación y retención de talento, elementos que influyen directamente en ingresos y coste de oportunidad.
Malas prácticas laborales o falta de due diligence generan interrupciones operativas: reemplazar proveedores y gestionar auditorías puede costar millones y dañar la marca. Las investigaciones muestran además que controles superficiales no solucionan las causas raíces de explotación laboral.
La exigencia de transparencia crece; los fondos y algunos compradores prefieren proveedores con historial social medible, lo que afecta acceso a contratos y costo de capital.
Prioriza métricas que sean confiables, auditables y vinculadas a resultados comerciales:
Use objetivos SMART (específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con tiempo) y vincúlelos a compensaciones ejecutivas donde tenga sentido.
El componente Social del ESG ya no es una obligación moral opcional; es un motor de resiliencia, innovación y valor. Invertir en métricas sólidas, remediación de riesgos en la cadena de suministro y políticas de inclusión produce resultados medibles: mejora en productividad, menor rotación, acceso a capital y menor exposición a crisis reputacionales.
Adoptar un enfoque serio y medible sobre el "S" es, en la práctica, una decisión estratégica que impacta la línea de fondo.
Somos una incubadora de fundaciones y ESALES 100% Sin Ánimo de Lucro, que desde el 2015, se encarga de apoyar a los líderes de LATAM para que logren crear y fortalecer sus propias organizaciones sociales, gracias al compromiso de responsabilidad social de sus voluntarios, los miembros del Club de Filántropos y sus aliados empresariales.